¿El hecho de que Tongo ofreciera un concierto en el local Juanito’s del bulevar de Asia es sinónimo de que la exclusión en nuestro país esta disminuyendo?, ¿acaso la cumbia ha logrado traspasar la barrera, al parecer infranqueable, que separa a los peruanos? El último 17 de febrero en el diario correo de Huancayo apareció un artículo de Walter Salazar Pérez titulado “Tongo en Asia”. Es obvio que el autor del artículo no gusta de las canciones de Abelardo Gutiérrez – Tongo, ya que no ahorra insultos para referirse al artista huancaíno. Sin embargo, al margen de los insultos de grueso calibre, Salazar Pérez, plantea que en el Perú cada día es mas evidente “la paulatina y creciente mixtificación de las clases sociales, su acercamiento cultural y aquello que los sociólogos veían como una utopía: la integración”.
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Es fácil dejarse engañar por las formas y no lograr percibir el fondo. Sugerir que la participación de Tongo en Asia es muestra de un acercamiento cultural, en efecto, es dejarse guiar por las formas y descuidar el fondo. Pienso que para entender este problema es básico encontrar las respuestas en los actores mismos, por ejemplo; cuando Salazar Pérez en su artículo se refiere a Tongo lo hace de la siguiente manera: “En primer lugar, ver al susodicho espécimen (se refiere a Tongo), en una festiva fotografía, rodeado de bellas muchachas de las clases mas acomodadas del país…”. Con estas palabras Salazar Pérez rompe con su propia hipótesis, ya que hace gala de una actitud altamente excluyente. Para Salazar es inimaginable que alguien ajeno a la “high life” pueda pasarla bien en una discoteca como Juanito’s. Considera dicha aseveración como una broma de mal gusto.
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Por otro lado, el hecho de que casi todas las entrevistas a Tongo giraran entorno a que si Tongo fue o no discriminado, si se burlaron de él o si lo aplaudieron, si lo miraron de reojo o no, nos muestra que la discriminación está vigente y se ha consolidado mas que nunca. Pero ¿la música, al margen de quien la cante, si ha logrado traspasar esta barrera? Considero que no, y para sustentarlo nuevamente me baso en el artículo de Salazar Pérez
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Cuando en su artículo afirma que “esa curiosa comunidad de gustos que hermana a todos los sectores sociales, sin importar el tipo de educación recibido, la formación académica (…) pues a la hora de la verdad todos mueven sus ávidas anatomías al ritmo del mismo puñado de cancioncillas” como el “engendro musical llamado la pituca”, nos esta diciendo también la poca tolerancia respecto al otro. Cuando hablamos de integración nos estamos refiriendo a entender al Otro como es, con sus gustos y costumbre. Al afirmar los gustos del Otro como malos, incultos e inaceptables estamos haciendo gala de una intolerancia que muestra la poca integración social. Además en el mismo articulo se afirma “que alguien desprovisto de todo sentido de gusto, cometa tal despropósito, (escuchar la pituca por ejemplo) puede ser explicable; pero que haya en todas las capas sociales gente que lo aliente, lo siga y lo tome en serio, eso ya me parece el paroxismo de la más insulsa huachafería”.
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Actitudes y palabras como las de Salazar Pérez nos ayuda a aclarar que la situación de exclusión en nuestro país esta lejos de ser solucionada. La integración es pues, aceptarnos con nuestras diferencias en tolerancia, no discriminando al Otro, sino aceptándolo como es.
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Autor: José Luis López Huaynate
Fuente: Barracones
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