El Arguedas que yo conocí. Alicia Maguiña y la historia detrás del vals Wiñaytam Kausanki José María

Alicia Maguiña aprendió a conocer a Arguedas a través de sus libros, que la llevaron a entender el Perú profundo. Por eso cuando lo vio por primera vez en febrero de 1969, el mismo año del suicidio del escritor, fue como si lo conociera desde siempre. "Entre mi vida y la suya han habido coincidencias muy peculiares", cuenta Alicia. "Ambos hemos vivido en Ica, su padre fue juez y mi padre también fue magistrado, de los honestos; y Arguedas, no siendo indígena, sintió el maltrato y la exclusión de niño y se rebeló ante esta situación". En su niñez, Alicia también vio con impotencia cómo maltrataban a los quechuahablantes que bajaban de Chalhuanca y de Puquio a Ica, y cuando ingresó al colegio alemán de Lima, su desconocimiento del idioma alemán, que era un curso obligatorio, la hizo entender de alguna manera la incomprensión que ellos sufrían. Para terminar las similitudes, Alicia revela: "Arguedas se disparó el tiro fatal un 28 de noviembre, el mismo día de mi cumpleaños".
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En 1963 Alicia Maguiña compone la canción "Indio", inspirada en sus experiencias de niña. El tema se convierte rápidamente en un himno de protesta y de esperanza. Seis años después cuando se encontró en Puno con Arguedas le pidieron interpretar esta canción delante de él. "La canté con un temor absoluto", confiesa. "Lo que yo decía debería parecerle poco en comparación con el maltrato y las injusticias vistas y sufridas por él. Sin embargo, quedó gratamente impresionado".
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Estaban alojados en el mismo hotel. "La timidez nos impidió entonces sostener largas conversaciones", recuerda Alicia. Eran días de lluvia. El aeropuerto estaba cerrado y no había vuelos de regreso a Lima. Ambos quedaron varados en Puno. Entonces, veía a Arguedas regresar cada mañana al hotel con su talega (costal con panes de la sierra) sin poder embarcarse, mientras ella temía no poder cumplir con el programa de televisión para que el que estaba contratada en canal 5. "Era un hombre delicado, atento y fino. Cuando por fin llegó el avión, él hizo que dos de sus alumnos me cedieran sus lugares".
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No volvió a verlo hasta los primeros días de noviembre. Ambos se encontraron accidentalmente en la oficina de correos y Arguedas a modo de despedida le dijo: "Tenemos que vernos, Alicia".
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El 28 de noviembre se enteró por el periódico que el escritor agonizaba luego de su último intento de suicidio. Cuando murió, cuatro días después, sufrió intensamente. Su velorio en La Molina fue impresionante, los estudiantes hacían fogatas, y Alicia vio a una mujer indígena, vestida tradicionalmente, abrazar el féretro y llorar desconsoladamente. "Nunca supe quien era".
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Entonces sintió la necesidad de escribir una canción. Investigó en su biografía y conoció cada detalle de su vida. Así nació Wiñaytam Kausanki José María (Eternamente vivirás, José María). "Una canción", en palabras de Alicia Maguiña, "que integra la música de la costa y de la sierra".
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"Como era huérfano, yo me ofrecí a ser su madre y a llevarlo en la espalda, a protegerlo de los maltratos de su madrastra". Así lo dicen estos versos: "Ya no estará la madrastra,/ ya no temblarás de frío,/ ya las penas se acabaron./ todas te las has sufrido".
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"Cuando canto esta canción cuento la vida de Arguedas. Hablo del indio Felipe Maywa, un lacayo de su madrastra. Arguedas decía que cuando él le rascaba la cabeza se acababan sus angustias. Solo el olor de su bayeta le daba seguridad".
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Casi cuarenta años después, recordando su encuentro con Arguedas, Alicia Maguiña está convencida de que su suicidio fue un mensaje para todos nosotros. "No era un cobarde, como pensaron algunos, sino un hombre valiente que se atrevió a denunciar las injusticias en una época en que nadie hablaba de eso. Era un hombre apabullado, pero nunca guardó rencor a nadie. Quería más bien que el Perú se entienda más. No tengamos rabia, decía. Su mensaje siempre fue de comprensión e integración".
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Wiñaytam Kausanki José María
"Quisiera hundirme en la tierra
para encontrarme contigo...
y cargarte a mis espaldas, huérfano, niño dormido.
Camino de la quebrada
perfumarán las retamas
arrullarán las torcazas tu sueño, José María.
Ya no estará la madrastra,
ya no temblarás de frío.
Ya las penas se acabaron...
todas te las has sufrido...
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Mamay doña Caytanaman, te espera a orillas del río.
despertarás en sus brazos, abrigado en su cariño
El taita Felipe Maywa,
hará morir a la muerte y al pie de los maizales vivirás eternamente.
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Ya no estará la madrastra
Ya no estará la madrastra,
ya no temblarás de frío...
Ya las penas se acabaron,
todas te las has sufrido..."
(Alicia Maguiña)
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Autor: Jorge Paredes
Fuente: El Comercio

1 comentario:

Fernando Veliz dijo...

Excelente articulo pinta muy bien a Arguedas y Alicia Maguiña. La vida junta a las personas que tienen pensamientos semejantes y los mejora a ambos.